Hay un refrán en la Argentina que menciona los extremos de una persona (pijotera) Ahorrativo, y es el que dice "No come huevos, por no tirar la cáscara" Reinaldo Cristovale era así, nada para el era descartable, podía alargar la vida útil de cualquier herramienta, o elemento más allá de lo aconsejable.
Todo sabían que era multimillonario y que parte de ese dinero acumulado por años se debía a su usura; era prestamista,sub-alquilaba campos (ganando un porcentaje como intermediario) tenia dos o tres propiedades alquiladas y una empresa mediana (que cada tanto mandaba a quiebra para evadir impuestos y evitar indemnizar al personal) lo que se dice un crápula; pero eso si, con influencias políticas y comerciales de muy alto nivel "Anda tócalo al gallego" se solía escuchar en las charlas de vecinos.
Pero tenia razón mi abuelo cuando decía "A este un día me lo vas a tener paradito frente a mi casa pidiéndome perdón por haberme echado de la fabrica" y así fue; recuerdo que ese día amaneció lluvioso cuando Cristovale bajo de su auto, justo en frente de la casa del abuelo, a pasos de donde yo jugaba inocentemente con mis amigos a la pelota...Cosa que pareció molestarle al hombre, porque sin querer Gustavo, el más chico de los amigos le pego un pelotazo en el medio de la pelada; no acertaba nunca al arco, pero a este le dio de pleno jajaj
Allí quedo medio mareado mientras uno de sus matones lo trataba de atender y otro nos atendió a nosotros desparramando patadas que evitamos recibir mientras corríamos desbandándonos.
Recuerdo que corrí como cuatro cuadras y al final de la bocacalle me detuve agitado, mire para atrás y note que no me había seguido; entonces retorne despacio intrigado quería ver si realmente se encontraba con el Abuelo.
Cuando llegue los dos estaban frente a frente y me fui acercando despacio, con cierto temor, hasta que lo que hablaban llego a mis oídos-Viste Reinaldo que yo te decía hermano, que tu ambición desmedida un dia te perjudicaría- Si es cierto Alfonso y hoy vengo a pedirte perdón, porque reconozco que eras el único en mi empresa que siempre me dijo la verdad, que me jugaste leal y te traicione; ahora que me queda poco tiempo de vida según la ciencia me doy cuenta que por el dinero deje de lado las mejores cosas de la vida; mi familia, mis verdaderos amigos y hasta la mujer que me amó hasta cansarse de esperar y se marchó con otro.
¡¡¡A veces ante el canto de sirena de los rufianes del entorno no tomamos conciencia, o nos tornamos tan ruines, como vos lo fuiste que la vida nos cobra un alto precio, lo bueno es que al menos estas reconociendo algunas de tus faltas y eso te hará bien, al menos en lo anímico!!!- Es verdad expresó Cristovale y se acercó despacio hasta donde estaba mi abuelo sentado en su silla de ruedas, por eso hoy quiero que sepas que pagaré los estudios de tu nieto hasta que se reciba de lo que él desee.
Note que a mi abuelo se le cerraban los ojos lagrimeando, creo que yo era lo que más quería en esta tierra; en verdad nos teníamos el uno al otro desde que mis padres fallecieron en aquel accidente de la fábrica, que luego de esto este buen señor quebrara para no pagarnos la indemnización; hasta allí llegaba su maldad.
Seguramente mi nono* pensó en lo doloroso que seria para mi que el rechazará esa oferta, para el con su pobre jubilación era imposible pagarme los estudios, pero se mantuvo firme y extendiendo su mano pidiéndole que se retire le dijo...Lo suyo llego demasiado tarde, aléjese de mis vista y de la de mi nieto, usted es un mal ejemplo para esta sociedad, y aún más para este joven con ideales, honesto, estudioso, ya veremos cómo pagamos sus estudios, pero no será con su dinero.
Que tenga usted buenas tardes, dio vuelta su silla de ruedas, paso cerca mio, me tomo de la mano y cerramos la puerta de la casa.
Afuera dos guardaespaldas ayudaban a subir a un lujoso auto a un anciano en cuyos ojos se notaban un par de lágrimas.
Autor con Derechos Registrados
Nestor Omar Salgado